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Hoy en día que el mercado protesta por la falta de sabor en los tomates, Monterosa garantiza el mismo sabor del tomate tradicional toda la temporada

El tomate Monterosa, genética de Semillas Fitó, la multinacional especializada en mejora genética, producción y distribución de semillas, se convierte este verano en líder en producción de tomate en Cataluña con un 20% más respecto al año pasado.

Actualmente existen más de 1.800 variedades de tomates en el mundo. En España se cultivan más de la mitad, aunque la mayoría de los consumidores sólo conocen entre 10 y 15 variedades. Según datos del análisis de superficie, rendimiento y producción de hortalizas elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), de las 15.854.317 toneladas de hortalizas que se produjeron en 2019 en España, 5.000.559 toneladas fueron de tomate. Más del 15% de esa producción va destinada al mercado internacional, principalmente dentro de la UE.

El verano es la época para saborear los mejores tomates. De julio a septiembre, en pleno auge de su temporada, son mucho más sabrosos. Actualmente se pueden conseguir tomates durante todo el año, pero cada vez es más difícil encontrar frutos tan buenos como antaño.

Semillas Fitó consiguió crear, tras años de investigación, el tomate Monterosa que garantiza el mismo sabor toda la temporada. Este tomate de mezcla de sangre catalana Pera de Girona e italiana (Costoluto Genovese) se ha convertido en el buque insignia de la compañía y ha obtenido reconocimiento internacional y premios como el de Innovación Hortofrutícola. “Para ganar terreno en este sector apostamos por el sabor en las nuevas variedades, sin olvidar los nuevos colores y formas para satisfacer las demandas del mercado. Nuestra misión es hacer pedagogía del tomate y democratizar su sabor”, destaca Jordi Ballester, Director de Desarrollo de Negocio en Semillas Fitó.

La empresa de semillas apuesta por este producto icónico y uno de los más utilizados en la dieta mediterránea, pero que a la vez es un gran desconocido de sus propiedades y beneficios por la mayoría.

Existe un segmento de población cada vez mayor que busca nuevas experiencias sensoriales en su alimentación. El consumidor desea ser sorprendido con sabores, texturas, colores, formas y todo aquello que sea atractivo y dé goce a los sentidos. Ahí dirige Semillas Fitó su línea de trabajo con más de 30 tipologías: de pequeño calibre, de diferentes formas, tamaños y colores muy apreciadas por los agricultores por responder a las demandas del mercado, que pide variedades de mucho sabor y que sean productivas.

El consumo, como la propia sociedad, se ha polarizado en los últimos años y, hoy por hoy, frente a quienes demandan productos commodity a un precio más bajo, existe un perfil de consumidor que no sólo quiere alimentarse, sino que “busca productos que le ofrezcan una mayor satisfacción y placer”, afirma Germán Anastasio, Global Tomato Coordinator de Semillas Fitó. Así, sin descuidar el mercado de commodities, Semillas Fitó da continuidad a su innovación en tomate con la Monterosa Collection, compuesta por los exuberantes y voluptuosos tomates Monterosa en cuatro colores diferentes con experiencias de sabor únicas: amarillo, rosa, naranja y chocolate; el carnoso y versátil tomate Finggerino, perfecto para dippear por su forma alargada; el cherry Essentia, cuya forma de corazón le da un aspecto diferenciador; o la última novedad Nippo, que es el primer tomate fundente con textura de gominola y constituye una auténtica experiencia sensorial. Estos proyectos se hallan en distintas fases de desarrollo, pero todos confluyen en esa dirección hacia la innovación con tomates de sabor diferenciales como resultado.

Productividad e innovación son las dos caras de la moneda de la rentabilidad y las líneas en las que trabaja Semillas Fitó, que es consciente de que la crisis económica que se avecina podría frenar el consumo de los productos premium y no renuncia a su vocación de empresa global. Sin embargo, no alterará su estrategia, centrada en dar alternativas a aquellos productores que buscan mejorar la rentabilidad de su cultivo gracias a una mayor productividad, pero también a quienes persiguen hacerlo aportando valor añadido.